El Ayuntamiento de Madrid taló 1.439
árboles en Semana Santa, para que los vecinos no se enterarán. El estado de salud de estos
árboles se debe a los recortes continuados en mantenimiento de los mismos.
Esta Semana Santa (2015) el
Ayuntamiento de Madrid gobernado por Ana Botella, ha talado, 1.439 árboles. (297
en el Paseo del Pardo y el Paseo de Recoletos). La justificación oficial de la eliminación de estos árboles (Algunos centenarios,
ósea insustituibles) es una presunta e incurable enfermedad y por tanto por el peligro
que conllevan las caídas de ramas, que en los últimos meses ha provocado
lamentables accidentes.
Podemos entender estos argumentos, el problema es que Madrid lleva varios años de recortes en el mantenimiento y gestión del arbolado urbano y esto nos hace pregúntanos si todo esto se podía haber evitado.
Antes de nada vamos a cuantificar a groso modo la perdida que ha sufrido esta
ciudad con la tala de estos árboles:
- Se han perdido 1.439, de una media de edad de entre 80,90 años, algunos de más de 100
- Producían casi 3 toneladas de oxígeno al año por árbol, el contaminado aire de Madrid a dejado de recibir unas 4317 toneladas de oxígeno al año.
- Se ha liberado unas 600 toneladas de Co2, contribuyendo así al efecto invernadero
Para recuperar estas cifras, los
árboles que se planten, tardaran, más 80 años en volver a producir la misma cantidad
de oxígeno, sombra, humedad, reducción del ruido, etc. Lo que para una de las ciudades más contaminadas de Europa es una gran perdida.
Talarlos en vez de tratarlos para ahorrar costes, es también
cuestionable, pues la alcaldesa Ana Botella paralizo
en diciembre 2014 la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, en el que el Ayuntamiento ha gastado 14 millones de euros en cuatro años, 14 millones desperdiciados
a los que hay que sumar 394.000 euros que se gastaron en un estudio para
decidir que árboles se iban a talar.
Con estas cifras, cualquiera
piensa que había dinero de sobra para haber salvado la mayoría de estos
árboles.
Por último, la ciudadanía tiene que entender que cuando se
tala un árbol de avanzada edad, los beneficios que este producía no se recupera
hasta pasado varias décadas, por lo que merece la pena invertir en la salud del
arbolado, en una ciudad en la que cada año aumentan los problemas de salud derivadas de la contaminación urbana.
NOTICIA EN LOS MEDIOS:
Una ciudad sin árboles no tiene futuro
Ana Botella recorta en oxígeno con una tala masiva de árboles centenarios
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